jueves, 8 de abril de 2010

Llueve en la luna.

Y se ve un hermoso atardecer en la tierra mientras amanece en la tierra.

Es un lindo lugar. Arido, sí. Calmo, también.
El propulsor se daño y no hay señal. Igual tengo tiempo para esperar.
Uno siempre temió la desesperación de la nada lunar. Pero es gratificante.
Como un templo budista blanco. Con hoyos de guyere.
Si tuviese ordenes las cumpliría. Pero no tengo señal ni propulsor. Sólo tiempo para esperar en un lugar en el que no hay nada. Salvo una paz infinita y la bella perspectiva de la tierra amaneciendo y atardeciendo constantemente. Y el brillo de la aurora boreal como la estrella de un árbol de navidad esférico.
Espero en la luna. No hay nada salvo la programación de la gran televisión del universo infinito.
Espero en la luna.
No hay nada.
No hay señal.
No hay propulsores.
No hay nada.
Aunque, bueno, estoy yo.

No hay comentarios: